sábado, 23 de junio de 2007

¿Qué es de tu vida?

Dentro del costumbrismo moderno, se encuentra una frase que fue impuesta hace no muchos años. Tal vez no más de quince. Se aplica generalmente en los grandes y a la vez intrascendentes reencuentros. Esos que en ocasiones son forzados y en otras casuales, que supuestamente despiertan un gran interés entre quienes se encuentran hasta que en pocos segundos notan que no había nada de qué hablar.

El ex-compañero de la escuela, el ex-compañero de algún trabajo que largaste hace muchos años, cualquiera puede ser. Cuando el encuentro es casual, uno ruega que esa persona se haga la distraída y siga de largo, pero no. Va a simular una gran alegría al verte, vendrá un saludo de rigor y la frase matadora: ¿Qué es de tu vida?.

Así es... esa frase resume un encuentro y facilita el tránsito a la intrascendencia total de todo lo que digas después. El mecanismo es el siguiente: simulo que estoy muy feliz de verte, pero en realidad me importa un carajo lo que tengas para decirme y entonces, tiro esa pregunta y te largo el fardo a vos para que me hagas un monólogo acerca de tu existencia mientras yo asiento con la cabeza fingiendo interés, a la vez que estoy pensando en lo que tenía que hacer en lugar de perder el tiempo acá con vos.

La gente que utiliza esta pregunta, tiene un modismo especial, es de los que te suelen decir "negrito, venite a casa a tomar unos mates" fingiendo un cariño que jamás existió. Guarda con la gente que se abusa del apelativo "negro" o "negrito".

Siguiendo el mecanismo, ante esta pregunta está de más decir que uno no va a desembuchar su vida de un saque. Está claro que si la otra persona te conociera y le importaras un ápice, te preguntaría cosas al menos para generar algo parecido a una conversación. ¿Cómo anda tu vieja? ¿Seguís con la misma mina? ¿Dónde laburás ahora? Cosas por el estilo que hacen a una charla amena donde se demuestra el interés y aprecio real.

Uno ante esta requisitoria puede optar por la respuesta corta o ensayar algo largo, solamente para molestar al otro, que evidentemente quiere una respuesta corta para cambiar de tema o directamente saludar e irse fingiendo apuro. La respuesta corta nos lleva a intentar algo como esto: "Bien, acá tirando..." o "Todo bien, acá ando". Esto puede ser seguido de un contragolpe, finalizando la frase con un: "¿y vos?". Esto pasa la pelota al campo contrario, pero nuestro contrincante en ese caso ensayará una respuesta similar dejando el partido empatado. Luego de esto, la charla muere y el encuentro se termina porque ya no se sabe cómo seguir.

La otra persona se irá satisfecha, regodeándose en su falsedad y creyendo que hizo lo correcto. En realidad, forzó una situación que no le interesaba a ambos, te hizo perder el tiempo y te dio la pauta de que no es alguien de fiar.

Al menos, hoy nos queda de enseñanza que no debemos confiar en la gente que hace esa pregunta o al menos, no debemos creer que le importamos. Lamentablemente... la gente suele ser muy garca.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

1) ups!...solo me pregunto: tendre la "maldita" costumbre de preguntar "que es de tu vida?!" 2)como siempre...sos un sabio!

Anónimo dijo...

Hola muy lindo el blog, un dia pasate por casa a tomar unos mates negrito..chau te dejo q se me va el bondi.

Anónimo dijo...

Hola negri: que es de tu vida? maravilloso! simplemente maravilloso..Pato.

Anónimo dijo...

Por casualidad tu nombre no es Gregory House..?

Me encanta tu resentemineto, tiene "vida", es, es, es, maravilloso..
Te felicito.. (Cuántas veces por semana necesitarías hacer terapia..)