jueves, 21 de junio de 2007

Parejas Gemelas

En esta ocasión, voy a compartir con ustedes una pequeña anécdota de mi vida, de esas que no cualquiera hubiera disfrutado al nivel que yo lo hice. Supongo que ni siquiera otra persona hubiera notado algo extraño, así que espero poder trasladarles la misma sensación que tuve en aquel momento.
En una noche veraniega del año 2004 voy a beber algo con un grupín de amiguetes a un bar inmundo del barrio de Almagro que tiempo después dejó paso a un edificio de diez pisos (ventajas del boom inmobiliario...) situado en Medrano casi Rivadavia, a pocos metros de Las Violetas.
Como un bar cualquiera de Buenos Aires, este acomodaba en la vereda las clásicas mesas redondas para que uno no se tenga que cagar de calor adentro. En un momento de distracción, miro de reojo un segundo a la mesa que estaba a mi derecha para luego quedarme pensando... "¿qué acabo de ver?". Vuelvo a mirar disimuladamente para corroborar y unos segundos después no podía salir de mi asombro. Empecé a patear a todos por debajo de la mesa para que no se lo pierdan. Se trataba de dos parejas que conversaban amigablemente. Tal vez parientes, tal vez viejos amigos, tal vez compañeros de trabajo. No lo sabemos, pero ahí estaban.
¿Recuerdan la película "Gemelos" con Danny DeVito y Arnold Schwarzenegger? El argumento era que se había hecho un experimento de inseminación en el cuál se pretendía desarrollar al niño perfecto. El experimento falló y al niño perfecto (Schwarzenegger) le salió un gemelo (DeVito) que tenía englobado en él todo lo malo que no le había tocado al otro. Todas las virtudes le habían tocado a uno y todos los defectos al otro. Yo presencié esa noche una remake de este film.
Imaginemos a la mesa redonda como dos semicírculos o mejor aún, como dos territorios. De cada lado estaba cada una de las parejas.
La pareja que estaba a la derecha (desde mi punto de vista) era jóven, bien vestida, ropa sobria y elegante. Eran dos personas delgadas de lindos rasgos, movimientos medidos, sobriedad al hablar y peinados prolijos. Esa clase de gente que podés llevar tranquilo a cualquier parte sabiendo que te hacen quedar bien. Luego giré mis ojos ligeramente hacia la izquierda... y vi el horror.
Ella era casi obesa, mal vestida y con un peinado voluminoso que acentuaba aún más su horripilancia. Su novio no desentonaba, si ella era casi obesa, él tenía la musculatura de un tallarín de sémola. Alto y tremendamente flaco, lucía un maxilar superior prominente que hacía parecer que podía morderte a un metro de distancia. Pelo corto y revuelto (pero sin onda). Ambos hablaban alzando la voz por cualquier cosa y haciendo ademanes con las manos permanentemente como si se fueran a abofetear entre ellos.
El contraste era tán grande, que no podía dejar de mirarlos. Ya ni le daba bola a lo que decían mis amigos por prestarle atención a estos cuatro. El asunto era observar con un disimulo tal que no me haga acreedor a una trompada por echar una carcajada mientras les clavo la mirada.
De repente, lo inesperado. La pareja horror decide desafiar a la moderación de sus interlocutores y se trenza en un escarseo amoroso grotesco y aparatoso. El macho de la pareja abría la boca al máximo para besar a su amada y parecía que se la iba a tragar de un bocado. La hembra movía su humanidad como podía para abrazar al galán y se recostaba sobre el respaldo corriendo graves riesgos para su integridad física debido a la muy cuestionable calidad de las sillas. Todo esto ante la impávida e incómoda mirada de la otra pareja, que a estas alturas estaría pensando una buena excusa para huir de ahí.
Así fue... unos minutos después se levantaron de la mesa y partieron con rumbo desconocido, dejándonos tema de conversación para un buen rato. Pensaba también en el contraste que significaba que en una esquina haya un bar tradicional y muy bien puesto como Las Violetas y que a veinte metros haya un bar oscuro y lleno de fisurados como este. Por suerte, no existe mas...

2 comentarios:

Unknown dijo...

Jajajaj! como se llamaba el bar??? yo vivia por la zona... como no recordarla!!!! que melancolía!

AdonisDeCuarta dijo...

La verdad que ni idea... el frente era oscuro, creo que decía algo, pero no creo que el lugar haya sido reconocido por su nombre. Pero si pasaste de noche, seguro que te acordás.